Voz y canto

La voz está completamente conectada con el oído. Es un principio muy sencillo, muy lógico. Lo enunció el Dr. Alfred A. Tomatis:

  1. La voz no contiene lo que el oído no oye.
  2. Si le damos al oído la oportunidad de oír correctamente, mejoramos instantáneamente e inconscientemente la emisión vocal.
  3. Es posible transformar la fonación a través de una estimulación auditiva sostenida por cierto tiempo.

Por eso aquí trabajamos primero con el oído. Cuando  el oído está abierto pasamos a trabajar con la voz.

Yo siempre digo que si yo he conseguido cantar es porque cualquier persona puede cantar. Son muchas las dificultades superadas y ahora sé que hay algunas cosas que son imprescindibles antes de empezar a cantar para hacer más sencillo un proceso que solo es complicado si queremos que lo sea.

En todas las sociedades primitivas el canto es parte de los nacimientos, el anuncio de la pubertad, las bodas, los entierros…

En cambio en nuestra sociedad de expertos, el canto se reserva como un privilegio al que solo pueden acceder los agraciados que han sido tocados con la varita mágica de la divinidad.

Gracias a mi cabezonería descubrí que más allá de los tabúes, de las vergüenzas, de los miedos, de las críticas y de las censuras HAY CANTO PARA TODOS si somos conscientes de unas pocas cosas:

  1. La vergüenza es un objeto inútil para nuestro propósito.
  2. La crítica y autocrítica ídem
  3. Las censuras y autocensuras ídem
  4. Los tabúes ídem
  5. Los miedos ídem
  6. El desánimo ídem
  7. Y lo peor de todo: La ironía y el sarcasmo son veneno para uno mismo y para los demás.

Tardé muchos años en darme cuenta de qué cosas me interrumpían para ir logrando tener un repertorio de canciones para mi disfrute y disfrute de mis amigos.

Tuve la suerte de estudiar Musicoterapia en la Universidad Autónoma de Madrid con profesoras como Alicia Lorenzo, Maria Jesús del Olmo y Begoña Ibarrola que me permitieron romper algunas de mis corazas originales, que eran muchas. Por entonces tenía 42 años tres hijos y un piso que vendí en contra de las opiniones cuerdas de mi familia, para dedicarme a esta nueva profesión, esto me permitió posteriormente la formación en el Método Tomatis en París, cosa que me ayudó muchísimo al desbloquear  mi escucha y  la de muchos otros. También me aventuré a hacer la formación en Terapia Gestalt que me permitió seguir desnudando más corazas, éstas de tipo emocional. Era curioso sentir como mi voz se iba liberando en la medida que iba trabajando el desbloqueo Neurosensorial con el Método Tomatis, el desbloqueo emocional con la Terapia Gestalt y cuando ya parecía estar logrando cosas que ni me había atrevido a soñar con mi voz, descubrí el Método Padovan, Desarrollo Neurofuncional, con el que noté progresos inesperados en la voz. Durante mucho años he tenido distintos profesores de canto acompañando este proceso. También he tomado clases de lenguaje musical. Sigo aprendiendo cada día en este campo.

Hice un camino largo para descubrir algunas cosas básicas muy útiles en el desarrollo de la voz, por eso me gusta compartirlas. Somos gotas de un mismo mar y compartiendo lo que sabemos nos enriquecemos todos. Cada uno hace el camino que necesita.

La actitud básica en una clase de canto es la de un niño dispuesto a creérselo todo. Es mágico ver, como desde la intención cambiamos por completo una canción. Es como en la vida, solo que aquí lo vemos en el mismo instante.

Somos conscientes de cómo lo producimos nosotros. Cualquier canción, incluso el “Cumpleaños Feliz” cantada desde la sensualidad es una cosa, cantada desde la alegría es otra, cantada desde la rabia es otra, cantada desde la tristeza es otra…

Es importante saber que no hay dos voces iguales en el mundo entero. Nuestra voz es nuestra identidad. Nuestra alma está en ella. Por eso es importante jugar con ella, descubrir sus matices y expresarlos. Es un camino bello y juguetón.  Jugar es entrar en tu piel de niñ@. Es un camino más hacia la Consciencia.

Mari Cruz Domínguez