San llegó a nuestro centro, porque siendo pianista y profesor de piano no estaba satisfecho en su totalidad con su forma de percibir la música. Tenía 45 años, era un hombre afable, de una exquisita sensibilidad. Practicaba regularmente la meditación. Había tenido una madre muy absorbente y sobre protectora que no acababa de llevarse bien con ninguna de las parejas que San había tenido a lo largo de su vida. Se había independizado hacía ya muchos años, pero no lograba tener una pareja estable todavía. Aunque disfrutaba mucho de su trabajo como profesor de música y piano.

Primer test (antes de la terapia)

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Podemos observar   en el Test que le hicimos cuando comenzó el tratamiento que la curva ósea, de color rojo, que está representando su oído interno, relación consigo mismo, su columna vertebral, se halla en el oído izquierdo por encima de la curva aérea que representa el oído medio o escucha social, relación con los demás, que justo baja en la zona de los sonidos agudos. Se observa cierto grado de desconexión en la relación emocional con el sexo femenino en su comunicación con el exterior, en cambio a nivel profundo si existe la necesidad de relación emocional. Lo cual nos puede hacer sospechar que para protegerse de esa madre  que le hacía sentirse agobiado, bajó inconscientemente la percepción de los sonidos agudos en el oído izquierdo, pero este movimiento inconsciente también le privó de una relación emocional estable, y de una buena percepción de las frecuencias agudas tan importantes para los músicos.

Test final (después de la terapia)

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Este el último Test que le hicimos a San, realizamos un Test cada 30 sesiones de media hora. Para este momento su vida había dado un giro importante. Ahora escuchaba las frecuencias agudas mucho mejor, estaba entusiasmado con sus nuevas percepciones, tanto que se compró un estupendo violín, en el que no se había aventurado antes, a pesar de su interés por este instrumento, y de tomar clases desde hacía algún tiempo, pero practicaba con uno de inferior calidad. Ahora por fin se atrevía a comprarlo y disfrutaba muchísimo con sus sonoridades. Con el piano también se sentía más libre y mucho más armónica su música. También hacía danza, y me decía que era increíble la diferencia que notaba en el cuerpo al bailar.

Actualmente tiene una pareja estable y se siente muy feliz con una relación en la que por fin se ha atrevido a implicarse de verdad.