Ayudamos a tu hijo a desarrollar herramientas y habilidades para relacionarse con los demás
Cada niño es diferente, al igual que lo es su forma de relacionarse con el mundo. Hay niños más introvertidos, a los que les gusta pasar tiempo solos. Sin embargo, también vemos a niños que quieren relacionarse, pero no saben cómo.
No eligen aislarse, pero no encuentran la manera de llegar a los demás. Se sienten solos y esto les afecta aún más en sus relaciones sociales. Las conexiones neuronales que les permiten la expresión de su sentir está fuera de juego. Enseñarles a ser capaces de compartir su tiempo con los demás comienza por la reconexión neuronal. El tronco cerebral y muy especialmente la zona vestibular juegan un papel vital en la seguridad en nosotros mismos que a su vez nos permitirá tener confianza en los demás y relacionarnos con naturalidad y espontaneidad.
En los casos de niños con autismo es donde vemos con mucha claridad que no desean relacionarse conscientemente. No porque no tengan la capacidad para ello sino su nivel de sensibilidad y percepción es tan alto que viven el ambiente de forma que se sienten agredidos por él. De ahí que se encierren en su mundo y no busquen el contacto.
Niños con dificultad para relacionarse
Carmen nos cuenta como el método del Centro El Angel ha cambiado la vida de su nieto gracias a Tomatis, terapia neuromotriz y reflejos primitivos.
¿Cómo logramos a que vuelvan a buscar el contacto?
En primer lugar, conviene que un profesional nos analice la microbiota de este niño o esta niña de modo que le pueda ayudar a que su microbiota esté en óptimas condiciones.
En segundo lugar, necesitamos estimular el sistema vestibular para integrar el reflejo tónico laberintico y el reflejo de moro. Es decir, para que tenga un buen equilibrio y para que pierda el temor a los demás.
En el Centro el Ángel ayudamos a los niños con dificultad para relacionarse a encontrar el modo de salir de esa situación. Les damos las herramientas necesarias, arropándoles y dándoles las soluciones adecuadas a cada caso.
Ellos tienen algo que compartir con los demás, tienen mucho que aportarles, que comunicar, que sentir… Tienen la habilidad, pero les falta saber cómo ponerlas en práctica. Por eso, les ayudamos a trabajar en ellos mismos para que puedan enseñarle al mundo todo lo que pueden ofrecer. Así, encontrarán un entorno amigable donde desarrollarse, socializar y divertirse sin sentir esa soledad que tanto puede frustrar. Les ayudamos a llegar a los demás.
¿Qué les impide relacionarse y mostrarse como son ante los demás?
Cada caso es diferente, pero lo más común es que les cueste comprender las señales o las normas sociales de los otros niños. También pueden sentir una gran timidez o les cuesta prestar atención a estos gestos que los demás les envían. Esto dificulta su vida social, pero hay maneras de ayudarles para que puedan mostrarse como son, para que consigan comprender a los demás y abrirse a ellos.
Por eso, tratamos cada caso en particular. De esta forma, podemos prestarle atención a cada pequeño, comprendiendo qué ocurre. Al tratarlo, le damos las herramientas que necesita y la tranquilidad de conseguir encajar en las interacciones sociales.
Además, nos gusta destacar que el problema no está en ellos. No hay que culpabilizarles, sino acompañarles. Hacerles sentirse seguros, comprendidos y ayudados. Que sepan que están en un entorno seguro, que solo se necesita un poco de trabajo en su sistema nervioso y en su forma de relacionarse, es decir, trabajamos en su parte física, mental y emocional. El acompañamiento familiar es fundamental en estos casos, les ayudará a sentir que avanzan y que solo tienen que encontrar la manera de expresar todo su potencial.
Juntos construiremos ese camino que necesitan recorrer
Juntos crearemos las técnicas y herramientas que les abrirán la puerta a relacionarse con el mundo y lo más importante, a tener amigos.